Y entonces abrí el sobre: mi diagnostico POSITIVO. Sentí que me moría.
Es la escena en la que millones de personas se han visto al no saber lo que les depara el futuro a partir del diagnostico.
Además de lo difícil que ya es vivir en esta sociedad como un hombre homosexual, asumirse y salir del clóset, ser seropositivo te encierra dentro de un segundo clóset por creer que serás rechazado, que se ha truncado tu vida sexual y amorosa, que puedes perder tu trabajo, amistades, familia, o simplemente, que es una condena de muerte.
La desinformación, los mitos, el miedo y la ignorancia, generan un estigma que aleja a muchas personas de un tratamiento que permite llevar una vida plena.
Hace muchos años trabajé con una persona a la que llamaremos “F”. Ella se jactaba de ser una persona culta, de mundo, y abierta… llevaba una vida sexual activa, tenía pareja estable, supuestamente monógama, pero se relacionaba con varios hombres.
Una noche me preguntó si no me daba miedo que me diera el “SIDRAL”, porque ni siquiera se atrevió a pronunciar el nombre correcto. Y yo, un gay soltero, llevaba una vida sexualmente activa, pero, ¿por qué a mí me percibía con mayor riesgo, si ambos teníamos varias parejas sexuales?
Es el diario vivir de nuestra comunidad, ser señalados por esta terrible pandemia.
En efecto los hombres homosexuales concentran más del 50% de los diagnósticos a nivel mundial, sin embargo eso no nos convierte en exclusivos portadores.
Es importante comprender que al recibir un diagnostico positivo, existen dos etapas, ser portador de VIH o estar en etapa SIDA.
Me explico: ser portador de VIH es tener un sistema inmunológico funcional que te defiende como a cualquier otra persona, que con el tratamiento antirretroviral (TARV) bien llevado e iniciado a tiempo, baja tanto la carga viral que se vuelve indetectable, convirtiéndote en INTRANSMISIBLE. Si, así como lo lees: no transmites el virus.
Y la segunda etapa, SIDA, que implica un sistema inmunológico débil, que vulnera a la persona ante cualquier enfermedad. En realidad el SIDA no mata sino la enfermedad oportunista, ante la incapacidad del cuerpo a defenderse.
Importante resaltar, que puedes pasar de SIDA a indetectable y llevar una vida perfectamente normal con una atención oportuna.
El sistema de salud publico en México ofrece el tratamiento integral (médico y psicológico) gratuito a nivel nacional, acudiendo a través de seguro social, ISSSTE e ISABI, con medicamentos de primer nivel.
Rompe el miedo, hazte la prueba y salva tu vida.
Ese consejo te doy, por que tu amigo Tulio soy.